Friday, March 03, 2006

Un informe de WWF/Adena revela que Europa corre el riesgo de sufrir inviernos extremos

Un viento muy peligroso, procedente del cambio climático.

En Europa y muchos países industrializados se han estado quemando grandes cantidades de combustibles fósiles desde el principio del siglo XIX incesantemente, bombeando el dióxido de carbono (CO2) y otros gases del efecto invernadero (NO3 y NO2, SO2, ozono y CH4) en la atmósfera, atrapando calor del Sol sobre el planeta.

El hecho de que el este calentamiento global está cambiando el clima, ya lo sabemos pues pruebas son la variaciones en la longitud del tiempo (meteorológico) correspondiente a cada una de las estaciones del año, las variaciones en la cantidad y distribución de la precipitaciones, la presencia y ausencia de la nieve y del hielo, en forma irregular, es algo ya incuestionable. Los inviernos en Europa se han convertido en más lluviosos o secos (según si es al norte o no) y menos nieves que hace años, todo esto ocurrió en el transcurso del siglo XX.

Si continuamos nuestros hábitos como usuarios de combustibles fósiles, quizás continuarían los cambios, y también comenzaremos a ver cambios diferentes, ¿cuales?.

Según el estudio que presenta la WWF, habría en Europa tormentas con vientos más fuertes, siendo Inglaterra, Irlanda y los Países Bajos los que podrían sufrir las peores consecuencias.

España y las Canarias e Islas Baleares.

España es uno de los paises menos afectados por las tormentas del invierno procedentes del Atlántico, que predice esta investigación. Sin embargo, una actividad más alta de las tormentas bajo esta influencia del cambio climático, sobre el Atlántico adyacente, es probable que pueda conducir a un aumento en la intensidad de vientos sobre algunas partes del país (España) antes de final del siglo XXI.

Las velocidades del viento máximas podían aumentar entre el 2 y 4% para la España occidental, de la parte norte, antes de final del siglo XXI, mientras que en Galicia, el número de días con los vientos fuertes podrían aumentar hasta 10%.

Otro tipo de tormentas hicieron su primera aparición en la península ibérica en 2005: el primer huracán de Europa - huracán Vince – que llegó a la costa occidental del sur de España en octubre.

Después del huracán Vince, lllegó el huracán Delta, una tormenta que golpeó las islas Canarias y de Madeira en noviembre de 2005. Sin embargo, los científicos no pueden asegurar hasta ahora, si hay una relación entre tales tormentas y cambio inusuales del clima.
Más información y el inform completo en WWF/Adena:

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